VIOLET Y FINCH - Jennifer Niven

«Violet está rota.
Finch está roto. 

¿Pueden dos mitades rotas reconstruirse?

Esta es la historia de una chica que aprende a vivir.
De un chico que pretende morir.
De dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar
los días para empezar a vivirlos.»  






¡Hola rebonicxs! Sé que es increíble que aún no hubiese leído este libro pero así soy (queredme igual). La verdad es que llevaba mucho tiempo viendo opiniones increíbles sobre esta novela, pero a mí no acababa de llamarme la atención así que la fui dejando olvidada en la estantería hasta hace una semana. Sinceramente no sé por qué me decidí a darla una oportunidad porque al comenzarla esperaba encontrarme la típica historia de amor en la que ambos protagonistas están para el arrastre y por obra y gracia un buen día se despiertan y descubren que en el mundo hay mariposas y unicornios preciosos y acabamos vomitando todos juntos arcoíris. Peeero a veces me equivoco y oiga, con libros así es todo un lujado equivocarse porque al final me gustó bastante más de lo que pensé y por supuesto no me encontré con ese tipo de historias. Pero venga, vamos poco a poco con la reseña. 

En esta novela encontramos a Finch, un adolescente taciturno, raro e impopular, y a Violet, una joven que es todo lo contrario a él. Su historia comienza en lo alto de un campanario desde el cual parece que ambos planean saltar para poner punto y final a todo lo que no les deja seguir viviendo. Por suerte Finch en un momento de lucidez se arrepiente y logra convencer a Violet de que deben dar otra oportunidad a la vida. Desde ese momento y gracias a un trabajo que tendrán que realizar juntos, nacerá entre ellos una preciosa amistad que poco a poco irá creciendo hasta crear una unión mucho mayor.

Al comenzar a leer las primeras páginas mantuve la idea de que esta iba a ser una novela del montón en la que los protagonistas pasan de no querer vivir a apreciar la vida, así sin más, por ciencia infusa. Por suerte en cuanto avance un poco más en la historia me di cuenta de que estaba completamente equivocada. La trama de esta novela va más allá del romance que surge entre los protagonistas, y es que aunque parezca que el suicidio es un mero lazo conector, cuando la historia avanza, te das cuenta en seguida de que va a ser la trama central y que el peso que va a tener en el desarrollo de la historia va a ser absoluto.

En cuanto a los personajes todos están muy bien definidos y la autora nos deja conocerles plenamente ya que Finch y Violet narran de manera intercalada la historia, algo que aporta mucho a la novela. Personalmente me han encantado ambos protagonistas, la forma de vivir cada experiencia, de tratar de superar sus problemas pero teniendo siempre presente lo que les duele, de evolucionar. Finch me gustó desde el primer momento por cómo pone todo su empeño en ayudar a Violet a superar la pérdida de su hermana, para que vuelva a ser feliz y quiera vivir, a pesar de que él no quiera hacerlo. Violet al principio fue un personaje que no me gustó pero que por suerte cuando comienza a cambiar un poco su manera de ser y deja de esconderse, supo ganarme.

Está claro que es una novela muy bien escrita en la que la autora ha sabido crear unos protagonistas muy reales, pero lo relevante de la novela (para mí) es la delicadeza y naturalidad con las que la autora logra plasmar dos temas tan rechazados en la sociedad como son los trastornos mentales y el suicidio. Como ya sabéis he trabajado en asociaciones para personas con trastornos mentales por lo que esta historia me ha llegado más si cabe (a pesar de que algunas actitudes que la autora atribuye a Finch no tienen nada que ver con el trastorno bipolar, pero bueno, eso para otro día).

De verdad, ojalá más historias que hablen de aspectos tan estigmatizados socialmente, tan rechazados y tan silenciados. Ojalá un día se pueda decir abiertamente, “yo he vivido el suicidio de alguien muy cercano, y aún no sé cómo vivir con ello” porque aunque nos empeñemos en decir que cada vez es más fácil hablar del suicidio, por experiencia personal, os aseguro que no lo es, y es infinitamente más difícil vivir con esa culpa, que con la perdida. En cuanto a los trastornos mentales, vivimos en una sociedad que se llena la boca con palabras como igualdad o inclusión, pero cuando dije que iba a trabajar con en salud mental, el 90% de las personas me dijo que si no tenía miedo. Casi todos cuando en el autobús vemos a una persona hablando sola, lo evitamos, y si vemos a un grupo de usuarios de un centro de salud mental, diremos “mira que majos los locos, los llevan de excursión”. Pero no somos conscientes de que son personas, con una enfermedad sí, pero personas. Que no se nos olvide que bastante tienen con comprender y convivir con su propia enfermedad, como para que encima tengan que hacer frente al estigma y rechazo social al que les sometemos. Así que gracias a la autora por esa nota final en la que habla abiertamente de este tema. 

En resumen, Violet y Finch es una historia preciosa que con una delicadeza y naturalidad excepcional nos acerca un poco al suicidio, la perdida y los trastornos mentales, de la mano de unos protagonistas capaces de trasmitir su propia historia.