Álex Torrent creía que podría escapar de Barcelona por los túneles del metro. Pero una vez fuera de la ciudad, se encuentra con que parte del país comienza a ser engullido por los mismos demonios contra los que tuvo que luchar horas atrás. Sin descanso, su objetivo no solo será sobrevivir otra vez, sino trasladar a su familia a un lugar seguro.
Mientras tanto, Eva Llull y su grupo recorrerán parte de Europa junto al equipo de investigación del diario Le Monde. Continuarán recabando información desde todos los ángulos para destapar la verdad. Esta vez, con innumerables riesgos que pondrán en peligro sus vidas y las de sus seres más queridos.»
¡Hola bonicas! El año pasado tuve el placer de leer El único hombre vivo, primera parte de una trilogía apocalíptica ambientada en Barcelona. La historia me dejó con muy buen sabor de boca así que cuando su autor me volvió a escribir hace unos meses para proponerme leer esta segunda parte, tuve clarísimo que me apetecía volver a sumergirme en la historia.
Al principio tenía un poco de miedo porque aunque recordaba la historia en general, había matices que se me escapaban por completo, por suerte al comienzo del libro el autor añade un resumen claro y conciso de todo lo que ocurrió en la primera novela. Sin duda esto un acierto total ya que me permitió ordenar todo lo que recordaba y refrescar algunas cosas que mi mente había decidido olvidar. El libro comienza justo en el punto donde se quedó, por lo que el resumen hace las veces de introducción.
Nos encontramos ante una historia que se devora gracias a la constante acción que impregna sus páginas. Desde el primer momento el autor nos va llevando de un lado a otro sin apenas darnos un segundo de descanso, entrelazando tramas de forma que poco a poco todo va hilándose hasta hacer que todas confluyan en un punto común.
Las novelas que se mueven entre distintas tramas, que juegan con los saltos entre ellas, dejándote entrever que todas están conectadas aunque aún no seas capaz de ver dicha conexión, suelen ser mis favoritas. Aunque como digo, es un recurso que me encanta, suele causarme cierto recelo ya que resulta muy sencillo desdibujar las líneas que separan dichas tramas, haciendo que la novela se vuelva incoherente en algún punto. Hubo un momento hacia la mitad de la novela donde sentí que esto podía ocurrir pero por suerte, no fue así, ya que existe una línea argumental clara que va dirigiendo el rumbo de la historia y de sus personajes.
La primera novela se desarrolla casi exclusivamente en la ciudad condal, pero en esta ocasión viajamos a más ciudades e incluso países. También se va dando más información sobre el origen del virus, de su modo de expansión y de cómo afecta a las personas. Y por si fuera poco, se incide más en la parte política que tanto juego da a la historia. Vamos que a lo bueno de la primera parte, se va añadiendo un punto extra que la hace aún más interesante.
El ritmo resulta ágil gracias a la acción constante. Como os digo, la acción no decae en ningún momento y el autor nos va llevando de una trama a otra sin descanso. Eso sí, me habría gustado que se centrase un poco más en la parte política. Es cierto que se habla algo más sobre lo que ocurrió en otros países y se deja entrever un poco de esas intrigas políticas pero creo que el tema da para muchísimo más y es lo que le falta para acabar de cautivarme.
