EN HEBREO SIGNIFICA PRINCESA – C. Martínez

 




«En muy pocas ocasiones somos dueños de nuestra vida, porque las acciones de nuestro día para conseguir la meta de un futuro, nada tienen que ver con las que el “destino” nos tiene asignadas.

Algo así debía pensar Sara, cuando tras años de dura lucha, todo su mundo quedó en manos del azar y del hombre que se empeñó en ser el dueño de su corazón.»  







¡Buenas tardes pequeña gran familia bonica! Os prometí que intentaría publicar dos entradas a la semana, y por el momento y en contra de lo que pensábamos (y sí, me incluyo) lo estoy consiguiendo. Por ello hoy os traigo una nueva reseña. En esta ocasión le toca el turno a una colaboración con la editorial Red Apple Ediciones, quienes se pusieron en contacto conmigo para presentarme esta novela. La portada, el título y la sinopsis me llamaron mucho la atención y yo necesitaba una bonita historia de amor así que pedí reseñarla. Os adelanto que la historia entretiene y te hace pasar un buen rato, a pesar de que hubo ciertos aspectos que no acabaron de convencerme. 

Sara trabaja en una empresa de contactos, en la cual, aunque ella lo desconocía, también se ofertan acompañamientos de lujo. Un día su jefa le pide que cubra su trabajo y es entonces cuando surge un problema con uno de los clientes ya que no quiere la escort que le han asignado. Por un cúmulo de problemas y casualidades, será la propia Sara la que tendrá que acudir a dicha cita y convertirse en Megan, la nueva escort de Erik Wallt. Solo será una noche, pero unas simples horas servirán para cambiar la vida de ambos.

La premisa con la que inicia la historia de Sara y Erik me gustó. Es simple y no demasiado novedosa, pero tiene un buen enfoque y consiguió engancharme haciendo que quisiera seguir leyendo. La trama gira en torno a la historia que surge entre ambos protagonistas y reconozco que a grandes rasgos me gustó. Es una historia que tiene los factores necesarios para atraparte y querer continuar sumergida en la novela. El problema que experimenté con la trama es que aunque en muchas ocasiones me pareció muy tierna, prácticamente desde el principio me resultó poco creíble.

Sabéis que no soy fan del instalove. Es un recurso que no me molesta en exceso pero que si me causa cierto rechazo porque desde mi punto de vista, resta credibilidad al romance. En este caso, Erik se queda prendado de Sara el mismo día en que la conoce, tanto es así que llega a obsesionarse con ella y se pasa dos años buscándola. De repente se reencuentran y él sabe que es el amor de su vida. Vale, a ver.  Me creo que te guste la chica desde el principio y que te obsesiones un poco con ella. A todos nos puede pasar. Pero de ahí a que la busques con detective incluido y que al coincidir por casualidades del destino, te falte ponerla un pedrusco en el dedo, va un abismo. No cuela. Eso sí, a pesar de que esta parte no me resultó creíble, os aseguro que disfruté igualmente de la novela, así que no me malinterpretéis.

No había leído nada de la autora, pero si tengo ocasión, repetiré ya que si algo me ha gustado es su narración ágil y amena. El lenguaje es coloquial pero cuidado, lo que logra dar seriedad a la novela pero acercándola al lector. Aunque la narradora es Sara, en ciertas ocasiones podemos sumergirnos en la vida de Erik a través de capítulos narrados por él. Me gusta que se nos permita conocer cómo viven ambos protagonistas las situaciones. Es un recurso que me gusta especialmente porque da mayor profundidad a la novela y nos permite conocer mejor la esencia de cada personaje.

Los personajes están bien construidos y todos muestran una clara personalidad desde el primer momento, aunque evolucionan a lo largo de las 195 páginas que componen la novela. Sara me parece una protagonista divertida, inteligente y con mucha fuerza. Erik es el típico protagonista masculino chuleras y perdonavidas que en el fondo sabes que te va a gustar. Lo bueno de él es que enseguida muestra su cara más sensible, siendo capaz de convivir con su parte más canalla. A grandes rasgos ambos me gustaron excepto en ciertas actitudes relativas a su relación. En cuanto a personajes secundarios hay que mencionar a Patri y a Jorge, los cuales me gustaron bastante.

En hebreo significa princesa, es una novela romántica que se lee en un suspiro gracias a una narración ágil y amena con la cual la autora consigue que quieras sumergirte en la historia de Sara y Erik. A pesar de que no me resultó del todo creíble, me gustó bastante y se la recomiendo a quienes disfruten con este tipo de historias de amor ligeras.